La batalla de los Condes, 23 de junio de 1287

Dentro de la guerra de las vísperas sicilianas, el 8 de junio de 1283, la flota del reino de Aragón, comandado por Roger de Lauria, y la de Nápoles se enfrentó en las aguas de Malta, saliendo victoriosos los aragoneses. Dominando las aguas italianas, Roger se dedicó a provocar a los angevinos atacando el resto de la campaña la costa calabresa, Nápoles y Posilipo.

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Roger de Lauria

Finalmente, en ausencia de Carlos I de Sicilia, el príncipe Carlos de Salerno armó una escuadra para ir al encuentro de los aragoneses, siendo atacado cerca de Nápoles el 5 de junio de 1284. Después de un primer contacto, de Lauria fingió retirarse hacia Castellamare, pero detuvo la marcha e inició el combate en el Golfo de Nápoles, consiguiendo destruir a la flota angevina. El príncipe fue hecho prisionero y encerrado en Sicilia.

A comienzos de 1285, Carlos I de Sicilia murió en Foggia, siendo nombrado su sucesor su hijo, Carlos II de Sicilia, el cojo. Pero como este todavía era prisionero de Aragón, la regencia pasó a su sobrino Roberto II de Artois y Gerardo de Parmo.

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Moneda de Roberto II de Artois

En febrero de 1286, Roger de Lauria atacó el Languedoc, a lo que los franceses respondieron invadiendo Cataluña, con la intención de disminuir las posibilidades de aprovisionamiento de naves y hombres. A pesar de todo, Bernardo de Sarriá y Berenguer de Vilaragut atacaron en verano la costa de Apulia.

Debido a la presión que efectuó el papa Honorio IV, se decidió paliar la superioridad naval aragonesa con una gran flota que asaltase Sicilia. Prepararon 43 galeras en Sorrento y 40 más en Brindisi pero, al estar separadas, tenían que encontrar la manera de unirse. Las naves de Brindisi, abandonaron la villa en abril, al mando de Reynald III Quarrel, conde de Avella, desembarcando el 1 de mayo en Augusta, tomando la ciudad y el castillo.

Tan pronto como Jaime II de Aragón se enteró, envió una escuadra de 40 galeras al mando de Roger de Lauria. Cuando llegaron, no había rastro de la flota angevina que utilizó Augusta como una maniobra de distracción para sus naves, bordeando la isla por el sur para unirse a la flota de Sorrento, al mando de Narjot de Toucy.

Los aragoneses se dedicaron a rastrear la costa italiana para anular la amenaza, descubriendo a las naves angevinas el 23 de junio en Nápoles, tan cerca de la ciudad que no podían atacar. A pesar de estar en franca inferioridad numérica, Roger se percató de que contaba con una tripulación y soldados más experimentados en la batalla, por lo que decidió atraer a sus enemigos iniciando un bombardeo de la ciudad.

La escuadra angevina, al mando de Roberto II de Artois, formó su línea de batalla en cinco escuadrones, cada uno comandado por un conde: Reynald III Quarrel, Hugo de Brienne, conde de Brienne, Jean de Joinville, conde de Aquila y Guido de Montfort, conde de Nola, cada uno con su galera insignia, con cuatro galeras a cada lado y dos detrás, y la del almirante, con dos más por delante. El resto de galeras se situaron en reserva, y dos naves escoltaron los estandartes papal y angevino.

Lauria usó su táctica de retirarse hasta dispersar a la escuadra enemiga para contraatacar por los flancos, atacando los remos y abordando las naves. La batalla duró todo el día, pero los aragoneses consiguieron salir victoriosos, capturando 40 galeras y 5.000 prisioneros, incluyendo a la mayoría de la nobleza angevina.

En 1288, Aragón y Nápoles firmaron los tratados de Oloron y Canfranc, pactando una tregua de dos años y la liberación de Carlos II de Sicilia. Carlos II de Anjou fue liberado, siendo coronado en Rieti el 29 de mayo de 1289, recibiendo del papa el título de Carlos de Palermo y el de rey de Sicilia.

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